Verena Fiori

Nuestra Mujer Positiva es Verena, quien vivió dos procesos de expatriación, en Estados Unidos y España, y relata lo difícil que fue enfrentar este proceso (lleno de frustraciones y obstáculos) para ingresar al mercado laboral en ambos países. A pesar de su formación y experiencia en Brasil, que siempre le abrió muchas puertas, fue necesario dar muchos pasos hacia atrás y no rendirse frente a las dificultades.


1. ¿Cómo comenzó su carrera?

Estudié Ingeniería de Alimentos en la Unicamp, una universidad de referencia en Brasil, que me abrió muchas puertas en el mercado laboral.

Mi primera oportunidad fue en Nestlé, una empresa líder global que me sirvió como escuela y es un referente en toda mi carrera. Comencé como pasante en el área de finanzas, pero me atrajo la dinámica y las conexiones del negocio, por lo que fui contratada en el área de marketing. Así, dejé atrás la formación más técnica de la ingeniería para adentrarme en el mundo de la comunicación, la estrategia y las relaciones con todos los departamentos de la empresa en el desarrollo de proyectos. La ingeniería me ayudó a ofrecer un perfil más analítico para trabajar con datos de mercado y estudios estadísticos, algo muy común en esta área, lo cual fue una diferenciación importante. Posteriormente, obtuve un MBA en la Fundação Getúlio Vargas en São Paulo y continué mi carrera como Gerente de Marketing en empresas como Bimbo y M. Dias Branco.


2. ¿Cuál fue el momento más difícil de su carrera?

Sin duda, fue el choque cultural de trabajar en el mercado de Estados Unidos, no el EE. UU. vendido en las películas, como Nueva York, California o Florida, sino el "real" EE. UU., en el medio oeste americano (vivía en St. Louis, Missouri). Allí experimenté el prejuicio de ser inmigrante y por mi acento (un prejuicio que nunca se declara pero que fácilmente se siente), inmersa en una cultura obsesionada con la competitividad y la locura de vivir únicamente para trabajar. Era una cultura donde se dependía de antidepresivos y había una compulsión por el consumo, sin desconectar nunca. Por ejemplo, era necesario responder correos los fines de semana, por las noches, sin pausas para almorzar; se comía un sándwich en la misma mesa de trabajo. La relación con la comida y los rituales de alimentación era muy diferente. Además, el calendario casi sin feriados y las vacaciones limitadas a solo 10 días al año hacían que la realidad fuera muy dura.


Además del peso de adaptarme a esta cultura anglosajona, tan disciplinada y enfocada en la productividad, también fue muy difícil no contar con amigos o redes de apoyo en el trabajo. No existían los famosos "cafecitos", happy hours u otras interacciones sociales que son comunes en nuestra cultura latina. La rutina era más solitaria y pesada, lo que representó un gran desafío para mantener el enfoque y construir buenas experiencias profesionales y relaciones en ese país.

Durante esos 3 años en EE. UU., me quedó claro que esa cultura no era para mí. Valoro mucho más los valores y la cultura europea: la colectividad, un equilibrio en la calidad de vida, una salud mental sin depender de medicamentos, y la importancia de las relaciones sociales por encima del consumismo extremo. No me identificaba y no sería feliz forzándome a encajar en ese entorno.


3. ¿Cómo logras equilibrar tu vida personal y tu vida corporativa/emprendedora?

Contar con el apoyo de mi esposo fue fundamental en este proceso, lleno de derrotas y rechazos para reinsertarme en el mercado laboral. Como él estaba expatriado por su empresa, no vivía las maratones de entrevistas ni las difíciles interacciones en busca de networking, pero siempre estuvo a mi lado apoyándome en las frustraciones de no ser valorada en el mercado laboral local.


Creo firmemente que las oportunidades deben encontrarnos en movimiento, ¡siempre activas! Este fue mi principal aprendizaje para crecer y encontrar mejores oportunidades. Cada paso forma parte del proceso, y es importante no compararnos con otras personas o referencias del país anterior. Es necesario aceptar salarios más bajos al principio, en empresas más pequeñas y fuera de nuestra zona de confort.


Después de 6 años trabajando en España, tengo claro que el trabajo no debe ser el centro de nuestras vidas. Todo es pasajero en el mundo corporativo; no debemos aferrarnos a cargos o empresas, y mucho menos dedicar más tiempo del estipulado en el contrato. Mi relación con el trabajo ha cambiado completamente: ahora priorizo mi bienestar y salud mental, especialmente después de la experiencia en el mercado estadounidense.


4. ¿Cuál es tu mayor sueño?

Siempre digo que estoy viviendo mi sueño ahora mismo: vivir cerca del mar, en Europa, en una región con el mejor clima del continente, y poder viajar por los infinitos lugares que Europa ofrece. ¡Es como nuestro parque de juegos en la vida adulta! Estamos muy felices de vivir este sueño, rodeados de tanta cultura, historia y gastronomía, y disfrutando experiencias increíbles.


5. ¿Cuál es tu mayor logro?

Mi mayor logro ha sido adaptarme a otro país y construir una vida estable a través de mi trabajo, lo que me ha permitido disfrutar de experiencias increíbles. Este constante aprendizaje multicultural redefine mis valores personales. Poder llamar a otro país "hogar" y sentirme cómoda nuevamente es una gran victoria.


6. Libro, película y mujer que admiras (no puede ser tu madre).

No quiero parecer la "nerd" de LinkedIn mencionando libros necesarios para nuestro desarrollo profesional, gestión o liderazgo. Prefiero compartir algo más inspirador y filosófico. Soy una gran admiradora de Paulo Coelho, quien me acompaña desde la adolescencia. Por ejemplo, la primera vez que conocí detalles sobre España y el Camino de Santiago (que hice en 2017, ¡soy peregrina!), fue a través de su libro "El diario de un mago". Nunca imaginé que un día sería ciudadana española y viviría aquí. Además, siempre me enorgullece ver sus obras traducidas y destacadas en diversas partes del mundo, como "El Alquimista".


También estoy disfrutando las obras de Gabriel García Márquez, como *Cien años de soledad*, *El amor en los tiempos del cólera* y *Nos vemos en agosto*.

Admiro a muchas mujeres de diferentes sectores: Malala Yousafzai, Michelle Obama, Leila Pereira (CEO del Palmeiras), Serena Williams, Clarice Lispector, Frida Kahlo, Aretha Franklin... ¡la lista es enorme! En cuanto a películas, es difícil elegir, pero mencionaría *Milagros inesperados*, *Eterno resplandor de una mente sin recuerdos*, *La vida es bella*, *La teoría del todo*... Y creo que la nueva película de Fernanda Torres, *Ainda Estou Aqui* (que aún no ha llegado a Europa), ¡también entrará en mi lista!